viernes, 18 de mayo de 2012

La Cofradía rindió su ultimo adiós al Hno. Justo Javier Rodríguez Álvarez

El pasado sábado, 12 de mayo, fue para nuestra Cofradía, sin duda uno de los días más tristes de su corta Historia. La iglesia de San Martín acogía a los Hermanos de negro y rojo para despedir a quien, hasta la fecha, y durante los últimos años, ha ocupado el cargo de Tesorero. El Hno. Justo Javier Rodríguez Álvarez, perteneciente a la Junta de Seises desde 2005 estaba llamado a ser designado Abad de la Cofradía para el próximo mandato, como Seise de mayor antigüedad en la misma.

A las seis de la tarde, los restos mortales del Hno. Justo Javier -portados a hombros por ex-Abades de la Cofradía- hacían su entrada en el templo en una procesión muy similar a la de la toma de posesión de Abad y en la que era acompañado por todos sus compañeros de la Junta de Seises. El paño de difuntos cubría el féretro, del mismo modo que lo hizo en la capilla ardiente durante la tarde anterior y esa misma mañana. De igual forma, las dos varas utilizadas por el Tesorero figuraron en el Altar durante todo el Funeral, siendo destacable también, por su carga simbólica, el hueco dejado en los bancos ocupados por la Junta de Seises, en el lugar que le correspondía, colocando allí una rosa roja en su recuerdo.

Una iglesia de San Martín llena a rebosar escuchó, con un nudo en la garganta, las palabras dedicadas al Hno. Justo Javier por parte del Abad de la Cofradía, Hno. Antonio José Hernández Crego, que pusieron el punto final a la Misa de Funeral oficiada por el Rvdo. Argimiro Alonso, Asistente Eclesiástico de La Redención.

Minutos antes de las siete de la tarde, el féretro -portado esta vez por parte de la Junta de Seises- abandonaba la sede canónica de la penitencial, acompañado por el resto de Seises y ex-Abades, así como por la familia, que recibió numerosísimas muestras de condolencia y afecto por parte de los asistentes, así como de los representantes de distintas cofradías de la capital, entre las que destacaban la Real Cofradía de Minerva y Veracruz y María del Dulce Nombre, con las que compartimos sede.

Tras el Funeral, por expreso deseo de la familia, las flores recibidas se distribuyeron entre San Martín, el Convento de las Madres Carbajalas y la iglesia de San Marcos. Hasta estos últimos, se dirigieron a continuación algunos Hermanos para dedicar sus rezos ante las Sagradas Imágenes de la Cofradía, al eterno descanso de nuestro Hno. Justo Javier Rodríguez Álvarez.

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