Tras la solemne celebración de los cultos en su honor,
Nuestra Madre de la Divina Gracia se encuentra ataviada de luto para el
mes de noviembre – dedicado al recuerdo y a la memoria de nuestros
difuntos – en su capilla de la iglesia conventual de San Marcos.
Siguiendo el estilo del luto de la corte de Isabel la
Católica, la Imagen mariana de la Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la
Redención se nos presenta con su corona, manto y toca procesionales,
saya de brocado en seda y terciopelo negro y pecherín con el corazón
bordado en hilo de oro fino, que – aludiendo al Sagrado Corazón de María
– se encuentra atravesado por un puñal dorado en recuerdo de la
profecía del viejo Simeón: "(...) y una espada atravesará tu alma, para
que se descubran los pensamientos de muchos corazones" (Lc. 2, 31).
En su benditas manos, la dolorosa porta un rosario de
madera de inspiración medieval con incrustaciones de nácar y un pañuelo
de encaje holandés del siglo XIX acompañado de unos clavos que simulan
los que le quitaron a su Hijo – Nuestro Señor – cuando lo desenclavaron
de la Cruz, respectivamente.
Una novedosa imagen en León al tratarse de la primera
ocasión en la que podemos contemplar a una imagen de la Santísima Virgen
enlutada clásicamente y acorde al espíritu de la penitencial con sede
canónica en la iglesia de San Martín.
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